La población analfabeta y los jóvenes con bajos niveles de
escolarización constituyen el crudo testimonio de la deuda que tiene la
sociedad con una importante parte de la población. Ellos son los desfavorecidos
históricos de los sistemas escolares, ya que ellos estaban en edad escolar cuando
la escolarización primaria comenzó a extenderse de manera universal, pero el
sistema no logró asegurarles la inclusión educativa y los estudios elementales.
Las cifras de analfabetos, según CEPAL, se sitúa en torno a los 34 millones de
personas, casi el 10% de la población, mientras que el 40% de las personas
jóvenes y adultas no han llegado a terminar sus estudios de educación primaria.
En Argentina se desarrolla una Política Social de Juventud,
cuyos objetivos generales son:
Se distinguen tres políticas de juventud:
La situación argentina presenta un incremento importante de
la tasa de criminalidad en los últimos 20 años, partiendo de 80 delitos por
cada 10 mil habitantes en 1980 a 174,2 en 1990 y a 319,7 en 1999. La situación
provincial en cuanto a la tasa de criminalidad presenta un sostenido
crecimiento; sólo dos provincias presentan una disminución de la tasa de
criminalidad en el período 1990-1999, mientras que cuatro presentan un
incremento mayor al 150%. La ciudad de Buenos Aires con un 206% de crecimiento
de la delincuencia en la última década se ubicó en el primer lugar.
En cuanto al género y
a la educación, en general la criminalidad ha sido estudiada y abordada como si
fuera un problema exclusivamente masculino. En Argentina el 92,5% de los
sentenciados en 1999 fueron hombres, en Argentina 16 delictivas por tramos de
edad, se encuentra que la tasa de crecimiento promedio anual de las menores de
21 años es superior por una décima a las de los hombres. Por otro lado, el
nivel de instrucción de los delincuentes es una variable central a la hora de
caracterizar a este grupo poblacional. De esta manera, en el período 1996-1999
el porcentaje de inculpados con nivel educativo inferior al secundario
(analfabeto, escasa y primaria) superó el 91% en todos los años. Asimismo, la
información de las provincias presenta la misma problemática.
Rosario, en la provincia de Santa Fe, ha sufrido un aumento
de los homicidios, en 2013 son más de 260 personas asesinadas. La tasa de
homicidios de la ciudad es cuatro veces mayor que la media de Argentina, con 22
muertes violentas por cada 100.000 habitantes. La mayor parte de las víctimas
es debido a enfrentamientos entre hombres miembros de bandas juveniles, hay
barrios en los que las oportunidades y la esperanza escasean. Además padece de
la proliferación de pequeños grupos de narcotraficantes que han encontrado en
la pobreza y la exclusión social de algunos barrios la cantera perfecta para
construir puntos de venta de drogas.
Según cifras oficiales más del 80% de los homicidios en
Rosario están relacionados con disputas entre jóvenes varones en barrios
marginados por robos, arrebatos y peleas entre bandas, sin relación directa con
el narcotráfico. Sólo el 15-20% de los homicidios están vinculados con las
drogas, según las autoridades. La ciudad de Rosarios adquiere relevancia debido
a que la cantidad de homicidios dolosos alcanzó en 2013 cifras alarmantes,
cometiéndose 256 asesinatos, 42% más que en el 2012. La cantidad duplica el
promedio de homicidios cometidos en los últimos cuatro años.
La edad de promedio de las víctimas de delito en Rosario es
de 41 años, se estima que el 35,4% de las víctimas tienen menos de 30 años de
edad, el 41,6% tiene entre 30 y 60 años y el 12,5% más de 60 años.
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